
Siempre había soñado con su presencia... con su cuerpo, sus curvas, sus cabellos negros azabaches cayendo por su pecho, sus delicadas manos acariciando las suyas con pasión tan bien contenida, que lo hacía entrar en un estado de desesperación por tratar poseerla lo más pronto posible, casi bestial, por todo el tiempo que lo había hecho esperar... Su piel pálida se fundía con la trigueña de él, creando una mezcla de colores, que se movían al compás de reloj, mientras ella callaba todos los gemidos de placer que él le provocaba... tan solo suspiros... ¡qué impotencia!
Pero... ¿siempre había sido ella? Creía saberlo, ¿cuántas veces había soñado con mujeres así? Odiaba sentirse inseguro... odiaba sentirse utilizado... odiaba sentirse así...
Levantó su rostro, entrando al cuarto, (de luces tan tenues como el cenit de su vida) aparecía ella... Tan radiante como siempre, quitándose el vestido lentamente, provocándolo, acariciando su cuello a cada contoneo de su cuerpo... relamía sus labios, incitándolo a besarla, sabiendo que ella lo rechazaría... ¿cómo podía fingir tan bien...?
- Mentirosa... - susurro, mientras trataba de alejar sus ojos de ella,para dirigirlos hacia él... sabía que se desvestía para los dos, sabía que se tocaba para y por los dos, sabía que jugaba con los dos, y había decidido dañarlos a los dos... aunque de eso, solo supiera él...
Se acerco a él, quien la esperaba en el marco de la puerta, con los ojos brillantes de excitación, ignoraba su presencia masculina, enterrada en un rincón de la habitación, no le importaba... cuando estaba con ella, nada le importaba, él dejaba de existir, mientras oía los quejidos involuntarios de ella y de él...
Lo besó, como una fiera, mordiendo sus labios, y mirándolo a él... provocándolo, incitándolo a unírseles... Se levantó bruscamente (asqueado por semejante traición), de la misma forma en que ella se separó de él, con una sonrisa maliciosa...
- Saldré a dar un paseo... - anunció, tomándo el abrigo de la puerta, mirándola de reojo, y suspiro de forma imperceptible... la odiaba... no, que mentira...
- Te esperamos para cenar, hermano... - dijo el otro hombre,( poseían en el mismo tono verde de sus ojos, y los mismos labios gruesos y dulces, quizás él era más pálido que su hermano.) abrazando a la causa de sus desdichas de forma posesiva.
- Vuelve pronto... - susurro ella... Femme Fatale... así la llamaba en sueños, así la añoraba en sueños, así la poseía... cada noche, mientras su hermano dormía luego de haber consumado su pasión...
¿Siempre había sido ella? Ya no le importaba... Él siempre había sido el otro...
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