
Hasta hace algunos años la faceta que les muestro hoy en día, una mujer enamorada del amor y capaz de llorar en frente de ustedes, no existía... Si lloraba, era en silencio, escondida en el último cubículo del baño de niñas, y que cada vez que terminaba de hacerlo, una sonrisa sincera aparecía en mi rostro, capaz de hacer olvidar a cualquiera sus problemas y tan solo se dedicara a reír... Lo sé porque muchas personas que siquiera me conocían se alegraban de verme y muchas veces me dijeron que yo (una careta andante) los hacía levantarse y seguir adelante, como si nada estuviera pasando... Me sentía culpable por mentir de esa forma...
Desde pequeña estuve rodeada de gente, tuve grandes amigas... que no sabían quién era yo... Si alguna vez lloré frente a esas personas que consideré las más importantes, no era por mi sino por ellas... No me dejaba dominar por el pánico, muchas veces me trataron de fría y calculadora, pero no me importaba, yo sabía que no era así...
Y de un momento a otro, empecé a sentir... la llegada de un nuevo compañero me dejó enamorada desde el primer momento que lo vi... Para mi fortuna o desgracia, me sentaba delante de él, soporté sus burlas y humillaciones tan solo porque lo quería, porque me gustaban sus ojos, su sentido del humor y esa capacidad de hacerte sentir importante...
Le mentí, no quería que nadie se enterara de lo que yo sentía por él así que le dije a mis amigas que me atraía su amigo... el sujeto de moda de ese año, con una cara de atolondramiento permanente y unos ojos pícaros que te dejaban claro que eso era una mentira, alto y pálido... ¿qué le encontraban? era atractivo, pero era suficiente...
Cuando por fin le dije a alguien sobre mis verdaderos sentimientos, él me alentó a que le dijera, no tenía nada que perder... así que un buen día le dije que me gustaba... un pololeo de niños chicos que no habrá durados más de dos semanas, y con las constantes declaraciones de sus amigos y mis compañeros (él ya no te quiere. Solo te esta utilizando para llamar la atención de otra. Termina luego con él. Nunca le gustaste.) terminaron por romper esas mágicas semanas...
Debo decir que seguí pololeando, en la básica, nunca me falto alguien que quisiera estar conmigo, pero no duraban más de un mes, yo no podía dejar de pensar en él, así que poco a poco la situación se desgastaba... mi primer beso ni siquiera fue con él... y eso me frustró mucho.
El año pasó, y de nuevo se dio la oportunidad de estar a su lado... fue un mes bonito, pero siempre con los compañeros detrás con esos comentarios insidiosos que nuca entendí bien por qué los hacían. Opté por lo sano y terminé... Me dolió, le regalé miles de lágrimas en el transcurso de tres años... casi cuatro.
Todos me decían que era imposible enamorarse a esa edad, que era ridículo sentir algo así siendo tan pequeña... y yo me preguntaba ¿cuál es el rango de edad para hacerlo? No podía ser imposible si yo me había enamorado... lo sabía, lo que yo sentía era amor, dejé que me hablara días de su cariño por otra niña, que todos lo molestaran y que él se esforzara por llamar su atención sin yo hacer nada, incluso, fui blanco de burlas, pero no me importó... yo lo quería, y estaba feliz por él...
La partida se vino rápidamente sobre nosotros,en un momento estábamos en nuestro primer día de clases y en el otro graduándonos... lloré porque no vería a mucha gente y lloré porque no lo vería más a él...
No lo he vuelto a ver, pero mantenemos el contacto vía Internet, he visto sus fotos y él ha visto una mía... Nos seguimos molestando, e incluso tenemos nostalgia... cada vez que hablo con él, siento que algún día todo lo que no pude ser... lo seré a su lado, pero no como una pareja, sino como amigos, amigos importantes y sinceros... Espero volver a verlo pronto...
Con él me permití sentir, con él me permití llorar junto a las faldas de mi madre, con él me permití sonreír de verdad, con él me permití gritar... con él me permití amar...
Mi primer amor fue él... siempre será el número 5 de la lista, aquel que yo sacaba por venganza en las interrogaciones orales... Yo siempre el 19, el número que él siempre sacaba en las interrogaciones de Historia como ayuda...
Con él me di cuenta que me encanta el amor, que sigo creyendo fervientemente en él a pesar de todos los dolores que pase cuando nos dejamos de ver, cuando yo no encontraba mi primer amor, sino el segundo o el tercero, que eran tan diferentes a él...
1 comentario:
Una palabra que persigue a cada ser humano. Una palabra con un significado que se presenta de diversas formas en la vida cotidiana e incluso en los libros que de mi ocio han convertido un santuario de reflexión y adoración a el.
Enriquese de las maneras más torturadoras y te prepara para futuras experiencias con peores caídas aún.
Es a mi parecer la razón real del vivir, sin el, ¿Qué seríamos?
Como decía una frase al comienzo de "Pecado Original", una película de Angelina Jolie: "No le puedes dar la espalda al amor"...
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