
La habitación tenía las cortinas cerradas, los rayos del sol la atravesaban de tal forma, que el ambiente parecía cargado de polvo... Todo herméticamente cerrado, las puertas y ventanas... A lo lejos, la cama se ve desordenada, las sábanas verde musgo, se esparcen por sobre dos cuerpos, que respiran juntos, con sus cuerpos entrelazados... ¿quién es quién? A la derecha, la melena pelirroja de una mujer aparece por sobre el pecho de un castaño varón...
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Sus cuerpos desnudos son vestigio de la pasional noche que vivieron juntos... Suspiros se oyen por entre los ruidos de la transitada calle que los acompaña, los pajarillos logran entrar ante las atmósfera soporífera que entrega la habitación, para avisarles que la mañana ha llegado...
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Movimientos, la castaña cabellera se mece lentamente, el cuerpo se despereza, y un joven abre los ojos, mira a su alrededor, y sonríe recordando la noche... Lentamente se levanta, tratando de no mover a la pequeña figura que se apoyaba en él. Su cuerpo desnudo respira sobre el borde de la cama, intentando localizar todas sus prendas, al lograrlo con movimientos rápidos se viste, dispuesto a irse...
- ¿A dónde vas? - pregunta la dulce voz de la pelirroja, esta sentada en la cama, dejando ver sus niveos pechos, sin pudor.
- Creo, que la noche terminó, tengo que irme... - terminó de ponerse la polera, se miró en el espejo, notando la incrédula mirada de la pelirroja. - vamos...
- Yo creí... yo creí que después de lo que pasó anoche, reconsiderarías lo que pasó entre nosotros... digo, nuestra relación - sonrojándose violentamente. El castaño torció su boca en un intento de sonrisa.
- No... no, lo haré, nosotros terminamos, y esto tan solo fue una despedida... - se puso la chaqueta - Nuestro tiempo ya pasó... - le sonrió triste.
- Entonces... esto... - lágrimas amenazaban por caer de su rostro, y ocultándolo tras su mano, que trató de arreglar su cabello, siguió hablando - esto...
- Esto no pasó - se dirigió a la cama y se sentó a su lado - Fue lindo, en serio que lo fue... pasamos muy buenos momentos, también malos, pero nos sirvieron para seguir nuestra relación por el tiempo suficiente, pero ya pasó un año, y no es lo mismo... - le acarició la rodilla envuelta en la sábana.
- Yo tan solo creí, que... un año, crearía en ti un sentimientos mucho más fuerte... - sus lágrimas caían libres, y con su dedo pulgar, él mismo las detuvo.
- No me gusta que llores... - murmuró - pero lo siento, yo no puedo seguir esto... yo no te amo como tú a mi...
- Bien... - murmuró, reprimiendo un sollozo - Puedes irte...
- No me gustaría que te quedaras...
- El papel de buena persona ya no te queda... - dijo dolida - tan solo lárgate... - la miró confuso, sin poder moverse de su sitio.
- No quiero que te quedes así, recuerda que por sobre todo somos amigos...
- ¡Amigos y qué nada! - gritó - ¡yo no voy a ser amiga de un tipo que pretende que nada pasó! ¡si no me amabas como decías, hubiera sido preferible terminar esto antes de que pasara más tiempo! ¿qué tratabas de hacer? ¡romperme el corazón, esto tratabas de hacer!
- No... yo creí...
- Ahora pierdes toda la confianza ¿no? - dijo tirando las sábanas a un lado y levantándose, tomó la bata y se la puso, con furia, dañando sus brazos.
- Tranquilizate... yo te quiero, pero no...
- ¡cállate! - le grito - ¿cómo puedes decir eso? ¿me dejas y dices, te quiero? ¡lárgate ya!
- No me pienso ir hasta que solucionemos esto... fue una despedida, dos cuerpos que se despiden, no te lo tomes tan a pecho, niña...
- Niña... - murmuró. Sonrió - Bien, niño... esto lo dejaré claro, si alguna vez vuelves a entrar en esta casa, para buscar lo que sea, no estará abierta para ti, no me vuelvas a buscar, no me encontrarás... fue lindo... pero también, fue atroz, y yo te levanté cada vez que te caías, no vengas buscando mi ayuda... lárgate.
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Luego de la pelea, la pelirroja tiró todo lo perteneciente al castaño a la basura, se sobrepuso, y se marcho de aquel lugar... Su vida había dado un vuelco interesante ahora que ella misma se había ido del lugar que tanto daño le hacía, estaba más feliz y radiante...
El castaño, todas las tardes, luego de terminar sus estudios, se paraba frente al edificio donde habían consumado su pasión esa noche, había visto todos los cambios, recogió sus cosas, y vio como ella se marchaba más feliz, que cuando estaba su lado. Le había hecho daño, y ella misma sabía lo inestable que podía ser y supo desde el principio que el volvería a buscarla, tal fue su sorpresa que ella no lo aceptaría... Su relación era un daño para ella, pero para él... era diferente, era respirar aire puro... debajo del agua, y por sobre las nubes... era vivir...
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