lunes, octubre 15, 2007

La Ruptura del amor


¿Qué haces cuándo no soportas el silencio que se ha formado entre ustedes? ¿qué haces cuando las caricias que una vez sentiste como reales, ya no lo son más? ¿qué haces cuando ya no queda espacio para el romanticismo? ¿qué haces cuando las sombras de entre las tibias sábanas las ocupa el más frío de los cuerpos? ¿Cuándo sus ojos dejan de brillar al mirarte? ¿qué aquella sonrisa que alguna vez te regalo y te hizo sonrojar, ahora solo te produce el desasosiego del olvido? ¿Cuándo rogaste en sueños que te abandonara, pero aún sigue ahí? ¿cómo le explicas que ya no sientes lo mismo? ¿qué el amor que te invadió un día, se ha marchado dejándote ahí?
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Caminaba mientras su mente le hacía todas esas preguntas, las calles concurridas, los ruidos y aquel gris característico que pareciera que no le abandonara desde que comenzó a sentir todo eso , se fusionaban en aquel recóndito y oscuro lugar que le reprochaba cada uno de sus juegos, de sus caprichos, de su cobardía...
El lugar pactado era un restaurante tranquilo, lejos del centro de la ciudad, en aquellos barrios que no puedes creer que existan dentro de la sucia capital. Iba con sus objetivos claros, no saldrían lágrimas y sería lo menos doloroso posible, lo diría, se marcharía y sería lo suficiente como para no volverlo a ver...
Ocupaba el mismo puesto de siempre, en la esquina más iluminada al lado de una pared verde esmeralda... Lo besó en la mejilla, y tomó asiento, tranquila, esperando algún indicio para continuar, indicio que no llegó, el silencio los envolvió nuevamente, el parecía cómodo, ella hastiada, habló.
- Ordené por ti... espero que te guste - le sonrió, aquella sonrisa que la había encantado desde un principio, que según ella, le aseguraba un futuro juntos.
- Siempre sabes que pedir, de seguro me gustará... - no sonrió, miró hacia un lado y espero paciente la comida, después de ella lo haría... Situación que tardó, cada segundo o/u minuto que pasaba su corazón se desgarraba más, su mente le hacía jugarretas para hablar pronto, para levantarse de esa mesa y marcharse...
- No es una ocasión cualquiera, te cité aquí por algo... - comenzó él, jugaba con sus manos y miraba alrededor.
- No es nuestro aniversario... - murmuró asustada. Él sonrió.
- No, tranquila... de cualquier forma no lo olvidarías, siempre soy yo... - aquel comentario le dolió, mejor aún... - Bueno, yo...
- Me estás asustando - trató de sonreír, quizás, y con una esperanza renovada, dirían lo mismo...
- Yo... yo quería saber - bajó sus manos, de seguro estaban sudadas, siempre sudaban cuando estaba nervioso, reacción que siempre detestó. - Si ¿quieres casarte conmigo? - sus manos, ya no escondidas, mostraban aquellas cajitas de terciopelo azul con una hermosa argolla de oro... En ese momento dejó de pensar, siempre le había temido a esas cajitas, a esa sensación en la boca del estómago que hacía que se le contrajera el estómago en unas fulminantes ganas de devolver todo lo que había comido, y sin más, sin pensarlo, sin meditarlo, tan solo viendo sus manos temblar y sus ojos verdes llenos de expectación...
- Sí... - ¡NO! había gritado su voz interior, no lo había pensado, sus objetivos eran otros, ella no quería seguir ¿cómo había pasado todo eso? No sintió cuando la había levantado del asiento, le había puesto el anillo y la besaba ardientemente, todos aplaudía, sin poder decir nada...
- ¡Sabía que dirías que sí! ¡Te prometo que serás la mujer más feliz de la tierra! - sonrió encantado, besándola nuevamente. Suspiró ante la declaración y murmuró por sobre sus labios.
- Más te vale...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

=(

Pobrecitos los dos =(

mi comentario no da para mucho más, pues no puedo decir otra cosa más que me gustó... espero que no sientas esa decepción de los comentarios insípidos que surgen luego de tiempo de espera para que alguien lea lo que uno escribe... ya? pues sabes que no soy de comentar muy largo...


nos vemos^^

Anónimo dijo...

pff creo que no soy el único que tiene botado su blog...

._.