lunes, noviembre 20, 2017

El año pasado fue mi última entrada, la vida me sonríe: con mi pareja estamos más consolidados que nunca... comenzaremos a construir nuestra casa lejos del caos de la metropolitana, y aunque lejos de nuestras familias, sabemos que es por un plan mayor, que es formar la nuestra. Sin embargo (¿tendrá que existir siempre un pero?), dejé de trabajar en el colegio que tantas canas me sacó, para llegar a otro lugar, más grande, técnico y aun más complejo si eso podía ser posible. Entre 100 alumnos y 850, hay una diferencia enorme. Mi trabajo siempre ha sido quien habla por mi, soy jugada, apasionada, dedicada y creo ponerme la camiseta por cada lugar que visito o en el cual me desempeño... pero este año... he aprendido, ni yo puedo decir que no lo he hecho, pero ya no puedo más... La angustia, el dolor, el sentirme desprotegida en un ambiente académico por un equipo que intenta hacer las cosas mejor o diferentes pero con los mismos factores. Ha sido un año donde cada cierto tiempo me despierto y lloro para no ir a trabajar, me falta el aire.. y muchas veces pienso: no exageres, no sufras, no son nada tuyo, avanza, sobrevive, termina... pero estoy en un límite en que no me puedo el cuerpo, la pena, el cansancio... La verdad es que si pudiera no preocuparme de nada y de sentarme a mirar el vacío, hasta eso haría casi sin remordimiento... Lo peor de todo es que no son los adultos los que hacen de mi vida laboral algo tempestuoso, sino el estudiante... aquel que se cree más de lo que es, que vende drogas, que tiene dinero, que tiene auto, que golpea a las novias/os , que pasa por sobre la libertad del otro, que lo ataca, lo humilla y golpea... y que después, se victimiza... Lamento tanto hacerle esto a Ed, que me ha apoyado en todo, que ha sostenido mi cuerpo, ha secado mis lágrimas, me ha abrazado para darme energías, que se levanta a dejarme a trabajar aun cuando el tiene más cosas que hacer... No se como pude hacerme esto, y de pasada hacerle esto a él... No sé cómo cerrar este capítulo laboral...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tal vez sea hora de buscar nuevos horizontes como se dice, quizas fuera de la Urbe espantosa donde colegios se repletan de alumnos hijos de la inmediatez y del falso exitismo (palabra solo usada en Chile), quizas debieses pensar en un colegio rural? pero de esos en que el el esfuerzo del alumnado este centrado en asistir a clases día a día, centrado en la necesidad de estudiar, aprender, conocer, donde las familias de los alumnos también tengan centrados sus esfuerzos en la educacion de su hijos y por ende su sacrificio, no "a la que te criaste".

Ernesto Sabato escribio un ensayo hace mas de medio titulado "Hombres y Engranajes" y su justificacion al inicio del ensayo señala que "Uno se embarca hacia tierras lejanas, indaga la naturaleza, ansia el conocimiento de los hombres, inventa seres de ficción, busca a Dios. Después se comprende que el fantasma que se perseguía era Uno Mismo".

Brillante no? tal vez es hora de que partas haciendo los cimientos para tu nuevo mundo

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