Me introduje en un mundo vacío, y lleno de luces débiles.
El agua recorría con fuerza mis manos, tratando de lipiarlas de cualquier error,
pero lo cierto era que el silencio las limpiaba...
Nadie pronunció palabras,
Todos se miraban, mas bien me miraban...
Y supe ahí, que el silencio no bastaba.
Necesité escucharte... y sin embargo... no lo hice.
1 comentario:
Una situación incómoda.
Pero siempre es bueno escuchar a los demás.
Se aprende harto :D
No entiendo por qué suprimiste tu otro blog, osea... yo nunca haría eso con el mío, es mi registro de sensaciones 8)
XD
Dá lo mismo.
Saludos y nos vemos mañana!
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