martes, enero 09, 2007

Preterir

Nadie sabe nada,
tú te cierras a un nuevo comienzo,
y mi puerta al reencuentro,
Solo lloro tu pérdida
a las esperanzas...
Nadaba en tus ojos brillantes de ilusiones,
mientras miles de dudas eran disipadas,
nada parecía decir lo lo contrario,
hasta que rompimos el contacto...
Es más fácil creer que ya olvidaste,
que nunca quisiste,
para así yo poder preterir.
Y es la resignación quien habla por mi
al verte alejado y terminado.
Mi reflejo me habla y me dice que luche,
que no te he perdido,
que aún puedes seguir conmigo,
pero la realidad es otra...
Ambos sabemos que el miedo vuelve a invadirte,
y yo no puedo hacer nada...
Y como bien dicen por ahí:
"Mi problema no es que no me gustes,
es que no puedo estar contigo..."
Volví a llorar por ti,
mis ojos me arden,
y mi rostro esta marcado,
Te puedes dar cuenta que,
aún no te he olvidado.
Recordé tus labios,
recordé tus manos,
recordé tus ojos,
y di paso al llanto tardío,
y a la misma vez prematuro...
Aún creo que puedo olvidarte fácil,
recuerda que es la resignación quien habla,
es el reflejo perdido en la noche estrellada,
son los susurros de las vírgenes aladas,
es el llanto claro de mi noche bienamada,
y es el infierno que anuncia su llegada...
Tarde fue la noche,
en que amanecí desvelada,
con los ojos cansados y la mente agotada,
de tanto recordarte...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Holas... perdona que no te haya comentado antes, pero es que en la tarde fue cuando leí el texto y andaba bastante lento...

Me gustó lo de "nadaba en tus ojos", como que expresa tan bien la profundidad de los mismos... como sea, al igual que tú, espero que nos conozcamos más^^

Nos vemos!

Anónimo dijo...

Dejar que el corazón fluya, que las penas y las felicidades tomen su curso sin ser atadas o amaestradas es un estado de ensueño que es necesario para alcanzar la paz interior.
No debes limitarte, debes vivir todo lo que la vida te ofrece sin objetar en nada. Eres tan especial, tan bella... Lamento no haber sido capaz de hacerte feliz, pero sé que serás feliz alguna vez, te lo mereces.