
No hay derecho,
tu ausencia esta marcada
con una lápida sagrada.
_
Tu nombre se escucha lejano
de otras bocas, de otros labios,
Sin embargo, resurge latente,
en mi boca, en mis manos.
_
Los sollozos de una madre,
con tus lágrimas perladas
cayendo de su rostro,
que imagen tan salada.
_
Desaparecida ahora,
se encuentra la madre que tanto añora,
tan solo visita la cama,
como sombra de Luna,
incansable, velada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario