martes, diciembre 31, 2013

2014

Septiembre es la fecha de mi última publicación... poco a poco este espacio se destiñe con el tiempo para brillar en mi alma el tiempo necesario en el momento necesario... hoy es un día necesario: es el fin. El 2013 fue un año para aprender, para conocer, para sufrir y llorar, para superar y por sobre todo, para descubrirme. Mi primer año de trabajo se desarrolló en esta estructura de 365 días... La verdad ni siquiera sé qué escribir. Fue un año impar, y los impares no son mi año, ni mis números; estaba aterrada por el 2013 y, sin creerlo, fue el año - hasta el momento - que más cambios ha hecho en mi, que más me ha enseñado. El 2012 fue sufrimiento, dolor, y el 2013 fueron cenizas en un baile eterno con el viento, reconstituyendo un cuerpo y mezclándose con la vida, con el aprendizaje... No, no te confundas, lector ideal... como todo año tuvo sus percances, pero... pude resolverlos sin abandonar, sin rendirme... y eso me ha dejado impresionada. ¿Pude lograr lo que me prepuse un año atrás?... ¿qué me propuse? No lo sé, no lo recuerdo... pero aprendí tanto, que solo me deja una sensación de un día más, no hay frustración, no hay dolor, hay... camino. Aprendí que no todos los que consideras tus amigos, lo son realmente, pero los que sí lo son iluminan tu mundo con una llamada, un correo, un comentario. Aprendí que me esfuerzo y entrego todo de mí a quien no se da cuenta que existo (pero con todo todo esto del aprendizaje, borré de mi vida silenciosamente). Aprendí que la generosidad es un valor que nadie aprecia, pues el valor del dinero es superior a cualquier virtud que puedas tener. Aprendí que las familias no siempre se aprecian, pero si se aman, y que lo que piensen del otro es un secreto. Aprendí que la gente común, no se adapta, es cínica. Aprendí que el amor está sobrevalorado, y que la felicidad parece ser una utopía para tantos. Aprendí que a tus jefes, es probable que no les importe tu futuro, pero les importa "el" futuro. Aprendí que las energías existen y no todas se llevan bien. Aprendí lo que es estar cansado. Aprendí lo que es pagar deudas y no tener ninguno (pese a tu esfuerzo diario). Aprendí que los sueños son bálsamos de la realidad. Aprendí que las lágrimas son libertad. Aprendí que las sonrisas de los niños, de verdad, son vida eterna. Aprendí que la vida, aunque tenga dolor y lecciones que no quiera aprender, es hermosa en todas sus formas, y que hoy se va una vida, una vida de un año, de 365 días, de feriados y horas malditas (y benditas), pero una buena vida. Nos vemos 2013, fuiste un buen año, gracias por todo, lo bueno y lo malo. Gracias por lograr el que me haya descubierto. Gracias por enseñarme de valentía, de coraje y decisión. Gracias por mi familia, y verdaderos amigos. Gracias. 2014, estoy lista.

No hay comentarios.: