"Como yo quisiera poder irme de repente, y alejarme de la gente solo con el sol de frente..."
miércoles, marzo 13, 2013
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No se si hago preguntas incómodas, tontas o sin sentido alguno, pero tengo la manía, siempre, de comenzar diciendo "¿puedo preguntarte algo?" y es ahí donde la gente rueda los ojos, se retuerce las manos o traga ruidosamente...
Recuerdo que mi ex, que llamaremos R, siempre decía que le incomodaban mis preguntas, pues muchas veces, no sabía cómo responderlas o decía, más bien reclamaba, que yo esperaba demasiada de las mismas. R estudia medicina, hombre modelo y atractivo, pero en cuánto a sentimientos, valía nada... Siempre consideré que era muy poco para él, que mis preguntas eran demasiado emocionales para su mente racional y terminé culpándome de muchas cosas, especialmente, de hacer preguntas, así que opté por el silencio...
Como de los errores se aprende, con F, un andante mayor que sabía menos de la vida que yo, solo hablé, no pregunté nada y sentencié, me dediqué a realizar peroratas con sentido (y sin) y a transformarme en la mujer que quería ser, pensamiento crítico, real. Con F no funcionó, el creyó que yo era la mujer de su vida, y la verdad es que mi postura era olvidar a R, que me carcomía en el alma.
Después de F, apareció el J, un amigo con que el que estuve tres meses (más menos) las cosas eran casuales, nos queríamos, pero no queríamos nada a la vez, y yo, en mi naturaleza femenina, confundí las cosas y lo quise más de lo que quería quererlo. No hice preguntas tampoco, a él lo ayudé, lo escuché y lo amé como un buen amigo, como hombre lo quise y no tuve miedo de entregar mi corazón, incluso cuando él lo rechazó.
Después de, hasta el momento, tres monumentales fracasos, no se si realmente seguir haciendo preguntas, pero tampoco sé si seguir hablando...
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